Lo primero es responder ¿qué es la hernia discal? La hernia discal es una enfermedad degenerativa que afecta a los discos intervertebrales y que resulta en un abultamiento o salida del material discal en el canal vertebral causando compresión de la médula espinal.

La compresión de la médula espinal puede causar parálisis. La columna vertebral del perro está formada por: 7 vértebras cervicales, 13 torácicas, 7 lumbares, 3 sacras y de 20 a 23 caudales.

Esta compresión produce mucho dolor en los perros  y grados variables de disfunción de la médula espinal tal como la falta de coordinación de movimientos, parálisis de extremidades e incontinencia urinaria). Los cambios degenerativos del disco intervertebral se pueden dar en cualquiera de los discos intervertebrales, aunque se observan más frecuentemente en los segmentos medulares cervical, torácico caudal y lumbar.

La hernia discal es la causa más frecuente de paraparesia, cono los veterinarios llaman la dificultad en el movimiento de las extremidades posteriores en el perro.

¿Cómo se llega al diagnóstico de la hernia discal en los perros?

Para el diagnóstico de la hernia discal es importante conocer la historia clínica, la raza, la edad, los signos clínicos que presentan el perro y el examen neurológico.

Para confirmar el diagnóstico son necesarias radiografías de la columna vertebral con el animal anestesiado, en las cuales se puede visualizar una disminución del espacio intervertebral en algunas ocasiones. Aún así, en las radiografías simples no pueden visualizarse los discos intervertebrales (a no ser que estén calcificados) y, por tanto no es posible observar, en la mayoría de ocasiones, el material herniado en el canal vertebral, para ello es necesaria la mielografía. La mielografía es una técnica radiográfica que consiste en la introducción de contraste yodado en el espacio subaracnoideo (alrededor de la médula espinal), que delinea la silueta de la médula espinal, permitiendo visualizar el lugar de la compresión medular.

Otros métodos complementarios de diagnóstico son la Tomografía Axial Computerizada (TAC) y la Resonancia Magnética Nuclear, opciones más caras que cuestan por vuelta de los 500 euros. La finalidad de estas pruebas diagnósticas es la localización exacta o precisa de la hernia discal en la columna vertebral para la posterior descompresión quirúrgica de la médula espinal.

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