Un perro con hernia discal suele presentar dolor marcado en el área donde la hernia discal presiona la medula, llegando a adoptar posturas antiálgidas (para evitar el dolor) como llevar la cabeza baja o arquear el dorso.

También puede presentar cambios en la marcha (incoordinación, paresia o parálisis) y ausencia o disminución de la sensibilidad por detrás de la lesión. El daño medular depende de la velocidad de extrusión, del grado de compresión y del tiempo que hace que existe la compresión. En función del daño medular, los déficits neurológicos serán más o menos severos.

La hernia discal es una enfermedad degenerativa en los perros

La hernia discal es una enfermedad degenerativa que afecta a los discos intervertebrales y que resulta en una protusión o extrusión de material discal en el canal vertebral causando compresión de la médula espinal. Los animales con hernia discal presentan signos clínicos de dolor, alteraciones en la marcha y disminución de la sensibilidad. Para confirmar el diagnóstico se realizan radiografías de la columna vertebral bajo anestesia y mielografía. El tratamiento depende de los signos clínicos y de los déficits neurológicos que presenta el animal. El tratamiento de elección es la cirugía, aunque, en animales sin déficits neurológicos, se puede optar por reposo absoluto. El pronóstico es muy favorable si se realiza el tratamiento adecuado, excepto en casos en los que la sensibilidad profunda de las extremidades se halla ausente durante más de 24-48 horas.

¿Cómo es la columna vertebral del perro y cuál es su función?

Entre cada vértebra se encuentra un disco intervertebral que consta de dos partes: un núcleo pulposo y un anillo fibroso que lo rodea. El disco intervertebral tiene la función de dar flexibilidad y minimizar las fuerzas compresivas a las que está sometida la columna vertebral.
La columna vertebral contiene y protege a la médula espinal. La médula espinal está formada por grupos de neuronas y tractos nerviosos, responsables de transmitir la información motora y sensitiva desde el encéfalo hacia todo el organismo y a la inversa. Una lesión medular produce una dificultad en la transmisión de estas informaciones con los consecuentes signos neurológicos.

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