En función de los síntomas clínicos y los déficits neurológicos que presenta el perro, el tratamiento de la hernia discal puede ser más o menos conservador.

En animales con hernia discal el tratamiento de elección, para la recuperación correcta de la función neurológica, es quirúrgico. La cirugía consiste en la extracción del material discal herniado y la consecuente descompresión de la médula espinal. En animales sometidos a cirugía, son especialmente importantes los cuidados postoperatorios, que tienen como objetivo la prevención de úlceras por decúbito, infecciones urinarias y atrofias musculares.

Dolor lumbar y cervical en los perros

En animales con un episodio de dolor lumbar o cervical sin presencia de déficits neurológicos y, ocasionalmente, en perros con déficits neurológicos leves producidos por enfermedad discal; se puede realizar un mes de reposo absoluto en jaula. La finalidad del reposo es favorecer la cicatrización del anillo fibroso del disco y evitar la salida de más material discal hacia el canal vertebral.

En animales con mucho dolor se pueden administrar analgésicos o antiinflamatorios. El riesgo de este tratamiento consiste en que, al disminuir el dolor, el animal tiende a moverse más y puede producirse un prolapso discal adicional, con el consecuente empeoramiento de la función neurológica. Es importante el control regular de estos animales, si no existe mejoría en una semana o se observa un empeoramiento, es aconsejable la cirugía.

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